sábado, 10 de diciembre de 2011

life's a bitch and so are you.

Ya no os hablo sólo de música. Está ya muy visto que os diga que según que canciones o según qué grupos me hacen feliz, o saben sacarme lágrimas cuando más lo necesito.
Hablo de la total obsesión, de la locura, del amor incondicional. De sentir que es lo único que completa tu vida. Sentir que es lo único que te llena, que te hace seguir adelante y olvidarte del mundo de mierda, de la asquerosa sociedad en la que vivimos o de tu caótica, monótona y rutinaria vida.
Hablo de pensar en las personas que están detrás de eso, de la música que amas, y sonreír cómo si algo automático se hubiera accionado. Porque te hacen feliz. Es de locos, lo sé. Pero yo perdí la cabeza hace tiempo y no tengo la más mínima intención de recuperarla. 
Llámame lo que quieras, seré una perdedora, seré todo lo que tu quieras que sea, ya no me importa. Pero no te atrevas a criticar o hacer el más mínimo comentario cuando no sabes de qué va la historia. Porque yo también se sacar mis uñas. Yo también sé arañar y hacer daño. Todos cambiamos, y a veces nos acabamos convirtiendo en eso que siempre hemos odiado. Un día te miras al espejo y no te reconoces. La vida es así de irónica e hija de puta. 
En el fondo sé que refugiarme en mi propio mundo no es la solución a todos los problemas que me rodean... Pero qué queréis que os diga, yo prefiero vivir en mi infierno perfecto. Y a la mierda con todo lo demás, ya no me importa. Ya no. No hay sitio para los remordimientos, para el arrepentimiento. Son cosas las cuales llega un punto en el que ya no puedes arrastrarlas más. Y te sientes desesperanzado. Es la vida. Es crecer. Es encontrarte delante de el mundo pero no desde esa perspectiva inocente, ya queda lejos. Nada es perfecto. Date cuenta. No existen los cuentos de hadas. Pero hay que seguir adelante, hay que ser más fuerte de eso. Aguantar la bofetada y jurar que no te van a hundir. Por orgullo propio, por no dejar que disfruten viendo como se esfuma tu sonrisa. Con el tiempo te acostumbras al dolor, y a veces hasta te acaba pareciendo dulce.
Paradojas.
















hyperinsomnia.

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