martes, 13 de agosto de 2013

and my mind is growing weak every step I take

Inusual, pero click aquí y aquí (hoy vengo con banda sonora)
(sí, hoy mi estado de ánimo es muy: camita, infusiones y chocolate)

«Carta a todas tus catástrofes.»
Hay cosas que no tienen solución y otras cosas que nunca terminan. 
Hay cosas que intentas mantener (inútilmente) en tu vida y cosas del pasado a las que te aferras demasiado.
Y es tan inútil calentarse la cabeza buscando un final para las dos primeras cómo darle continuidad a estas últimas. 

... Así que llega un punto en el que te sorprendes a ti mismo cerrando capítulos de tu vida para dar comienzo a una nueva etapa. La vida es un ciclo al que hay que darle continuidad, un ciclo basado en el cambio (no siempre para bien) pero al fin y al cabo, un ciclo (redundancia, redundancia...). Así que cuanto antes asumimos esa naturaleza cambiante y ambigua, cuanto antes aprendemos a aceptar esos cambios y a seguir adelante desprendiéndonos del miedo que las páginas en blanco nos transmiten, antes podremos empezarlas a llenar de letras y de nuevas historias. No podemos olvidar nuestro pasado, pero no podemos dejar que éste defina nuestro futuro. Aunque, de alguna manera, tarde o temprano, algunas de esas viejas líneas deberán volver a ser escritas o incluso releídas, porque los ciclos ya sabemos que se repiten una y otra vez. Todo vuelve. No podemos cambiar lo que llevamos a nuestras espaldas pero sí podemos hacer que nuestra actitud para afrontar lo que viene nos lo haga más ameno. Es el eterno retorno de Nietzsche. Es la confusión de nuestros tres tiempos: El presente es el futuro y es el pasado. El futuro terminará convirtiéndose en pasado y el pasado es lo que una vez fue futuro. Y eso nos causa confusión, ¿verdad? 
El devenir es incierto y de alguna forma, se supone que podemos cambiarlo. Yo no creo que haya nada escrito... todavía. O quizás sí, pero de alguna manera podemos escoger la forma en la que queremos llegar hasta ello. Yo como andaba tan perdida decidí meterme a estudiar ingeniería de caminos. (badum tss)

Y sí, me gustan las paradojas. Y me gusta pensar en el futuro (pero sólo a veces, lo confieso). 
Otras veces me asusta. La incerteza me pesa, me ahoga y me aterra. Pero sé que encontraré la forma de dominarlo si encuentro la forma de aceptar mi presente. La vía es ardua y pedregosa. No cuesta nada resbalarse. Pero a la que aprendes a agarrar cada momento como si desearas que se repitiera una y otra vez, estarás aceptando tus errores y tus caídas y las consecuencias que éstas conllevan y encontrando un punto de apoyo en ello. Lo más difícil está por venir y todavía he de ser curtida... pero no por eso significa que no haya vivido hasta el momento. Mis pequeñas experiencias y decepciones me van enseñando pasito a pasito. Todo son etapas, y todo acaba. Por eso hay que dejarlo ir para dar comienzo a nuevas cosas. La mayoría de las veces es duro, nos sentimos totalmente reticentes a ello, desearíamos que nuestra vida pudiera seguir siempre igual, sin sufrimientos ni complicaciones. Pero en el fondo no es lo que deseamos. Nos engañamos.Todo tiene que seguir su curso, todo tiene que fluir (panta rei). Creo que muchas veces sería más adecuado comparar la vida con un río 

... Y es en momentos así en los que me doy cuenta de que las clases de filosofía me han enseñado mucho más de lo que pienso, y que aunque en su momento no fuera capaz de disfrutarlas, poco a poco he aprendido a hacerlo.
Muchas veces nos damos cuenta de las cosas cuando es demasiado tarde. Pero a pesar de las enseñanzas tardías y los consejos a los que no hacemos caso, cuando maduramos y somos capaces de ver la realidad un poquito más cercana a lo que es y no tan a nuestra manera; nos sentimos satisfechos... ¿o no?

Por eso supongo que es momento de sentirme satisfecha de mi caminito hasta el momento. Con todos mis arrepentimientos y reproches, el saco de inseguridades y las oportunidades... Y sonreír un poquito, porque todavía no está todo ganado y lo que hemos perdido ya lo hemos pisado. No todo es tan malo en el mundo, y aunque pensemos que no, todo se acaba superando a la larga. T o d o. Nos cueste más o nos cueste menos, hay que dejarlo ir. Y volverá por si solo cuando sea el momento adecuado. Si de algo me dado cuenta es que el tiempo lo termina poniendo todo en su lugar. Injusticias habrá siempre, pero eso no está en nuestras manos y nos encabezonamos en luchar contra ello pudiendo invertir nuestros esfuerzos en otra cosa. 

El dolor a la larga termina siendo maravilloso. Nos hace ser personas. 
¿Lo sientes? Estás vivo. 

Podemos volar si nos lo proponemos.

"There’s always going to be ups and downs in life and it doesn’t mean you shouldn’t feel the pain. Pain is good. It makes you stronger in time. You will realize how great the ‘great’ really is. Life is about ups and downs. You just have to be able to ride the waves."
— Deryck Whibley


hyperinsomnia. 

miércoles, 5 de junio de 2013

De reflexiones en la ducha y mis pésimas nociones de filosofía.

Límites.
Todos creemos que los límites son los que nos imponen. Pero cerrando nuestra mente a eso no nos damos cuenta de que nos dejamos muchas cosas por el camino.
Como cuando de pequeño ibas corriendo y de pronto te dejabas el zapato por ahí, pues lo mismo.

¿Qué me ha llevado a pensar eso? 
Supongo que uno de mis fallidos intentos en intentar conocerme.
Muchas veces -como personas racionales- nos hace falta parar a reflexionar. Unos minutos de silencio bastan. Simplemente tienes que alejarte de todas las voces exteriores casi esquizofrénicas que te rodean.
Para que me entendáis, ahora mismo mi vida está sometida a bastantes presiones, supongo que porque todos esperan algo de mí. Pero, como "buena" o más bien,  fallida perfeccionista que he sido siempre -para mi desgracia-, la persona que espera más de mí soy yo misma. 
Últimamente han cambiado muchas cosas en mi vida y supongo que eso es sólo una pequeña parte de lo que me espera. Y pensar en ello se me hace todavía extraño. Es un punto de mi vida el que sabía que llegaría pero no pensaba que fuera tan pronto. Y no mintáis, los cambios nos asustan a todos. 

Se puede decir que he tenido suerte en mi totalmente normal y común vida. Con ello no me refiero a suerte material, porque soy una tía gafe. Pero he recibido una educación excelente, tanto tarea de mis profesores durante toda mi ya recientemente finalizada etapa escoltar, cómo por parte de mis padres -e incluso de mi hermano al que odio mucho pero que en el fondo admiro todavía más- todos ellos que han soportado mi difícil actitud y mi comportamiento nihilista (e incluso a veces pseudo-auto-destructivo) de estos últimos años.
Mirando un poco atrás, me doy cuenta de que he madurado lo suficiente (pero no demasiado) para ver que he cambiado mucho en poco tiempo. No sé ni si para bien o para mal. Pero pensándolo mejor, soy una persona desastrosamente inmadura: es decir, he tenido una vida fácil. 
No lo he tenido todo siempre, ni mucho menos en una bandeja de plata, pero mis problemas han sido lo normal para alguien de mi edad. Y además a parte de mis mierda de alergias heredadas de mi padre (¡gracias!), mi mala hostia, mi negativismo absoluto y mi espalda hecha un cuatro (también habría que culpar a mis malas posturas de ello, no todo es culpa de mis padres que me hicieron mal) aparentemente tengo una salud envidiable. Igual estoy desequilibrada mentalmente, pero ya se me pasará, soy adolescente y es normal.

Y entonces cuando te das cuenta de que has crecido dejando atrás tu preciosa infancia -aunque en aquellos momentos no te lo pareciera tanto y sólo tuvieras prisa por crecer- te encuentras a pique de dejar el colegio en el que llevas metida 15 años de tu vida, ya prácticamente sin saludar a los que fueron tus mejores amigos de la infancia, con tu madre diciéndote que te busques ya un novio (pero que sea decente, eh), tu padre que te busques un trabajo, el saco de responsabilidades se empieza a llenar, a punto de entrar a la universidad y  al ver todos los cambios acumulados sólo de sale de los labios un 'qué coño está pasando con mi vida'. 
Crecer no es cómo habías imaginado, ¿eh?
Crees que tienes una personalidad semi-formada pero si te paras a pensar no eres más que un pequeño y diminuto barco a la deriva en busca de algun puerto en el que encajar por fin. La adolescencia... esa etapa de profunda búsqueda de identidad personal que acaba terminando simplemente en una profunda frustración.

Y no olvidemos todos los problemas inducidos por nosotros mismos.
Obviamente, y perdonadme por el cliché posiblemente más cursi y usado de la humanidad, nadie es perfecto. Platón no tenía toda la razón y los científicos, los médicos los ingenieros, los profesores y tus padres la cagan.
En una sociedad desde mi punto de vista -y aunque no me entusiasme- que se ha dejado llevar por la decadencia y una visión Hobbesiana; no me jodáis, aquí nos pisamos todos moviendo los límites de nuestra libertar a diestro y siniestro, aunque sepamos que el fin no justifica los putos medios,  la guerra de todos contra todos, la brutalidad de nuestros actos aunque no seamos conscientes de ello, pero nos estamos jodiendo vivos felizmente y con una sonrisa en nuestras caras mientras vemos la televisión.

Que mis problemas son muy míos y si los tengo es porque yo misma me los he creado, y eso de verdad que es para aplaudirme con una maldita silla en la cara. Y llegados a este punto me siento gilipollas y me pregunto hasta dónde llegará la estupidez humana. Aunque no hace falta, Einstein ya dijo que era infinita, y quién soy yo para llevarle la contraria a una afirmación tan cierta. Y me la suda que Descartes pensara que no estoy concibiendo las cosas de una forma clara y distinta; a mí no me hace falta revolverlo todo para darme cuenta de que somos gilipollas. 

Es que incluso me hace gracia lo increíble que es el hecho de que cuando nos lo proponemos seamos capaces de tan grandes cosas, pero que cuando alguien nos pone la mínima traba eso ya sirva para frenarnos. Peor aún es cuando nos dicen que no somos capaces de hacer algo. Lo más pésimo es que seas tú mismo el que se pone los límites. ¿Quien soy yo para ponerme límites?

Millones de preguntas sin resolver que te corroen por dentro y desearías que se desvanecieran como tus ganas de estudiar. Pero, hey, lo malo sería si no te las hicieras. Piénsalo.
Aunque eso parece que haya pasado a un segundo plano por culpa de vete-tú-a-saber-qué-mierda. Si es que parece que esto de tener un espíritu crítico y un pensamiento propio ya no es importante en nuestra sociedad. Y ya lo sé que yo soy una inmadura y una mal hablada, que seguramente me equivoco en más de la mitad de cosas que digo y que en unos seis años acabaré mi carrera universitaria y seguiré siendo una inculta. 
Pero permitidme que os diga, que aceptar eso, es lo que me da ganas de cambiar las cosas. 

El momento en el que perdimos el gusto por las pequeñas cosas, por los placeres intelectuales, ese fue el momento en el que deberíamos dejar de llamarnos a nosotros mismos 'seres racionales'. Nuestro comportamiento la mayoría de veces está muy lejos de ser racional, y tampoco parece importarnos. Nos justificamos con leyes absurdas que todo el mundo odia y sigues con tu vida. Vivimos rodeados de injusticias, pero los mayores te dicen "así es la vida" y tú piensas que tienes que vivir con ello.

Pero, ¿y si se equivocan? 
Seguro que a las personas que más han cambiado el mundo en el que vivimos en un primer momento les dijeron que no llegarían a nada, que se les había ido la chaveta o que estaban siendo irracionales. Pero, ¿les importó? No. Algunos incluso murieron por defender en lo que creían, y aquí estamos nosotros, muchísimos años después, y estudiándolos todavía lejos de tomarlos como un ejemplo.

La gente feliz, los que se conforman, los cerdos satisfechos, los estructurados, los que se dejan acontentar; esos no cambian nada. Sociedad apática de mierda, es hora de que vayamos despertando ¿no os parece? Aunque nos hagan creer que no, es nuestra vida y es este mundo deshumanizado en el que vivimos lo que tenemos, y si nos sentamos delante del ordenador a quejarnos en Tumblr de lo mucho que lo odiamos todo, las cosas por mucho que lo deseemos no van a cambiar.

No tengáis miedo a ser el futuro Nietzsche.
Nadie con límites impuestos por él mismo consiguió nunca nada.

Y se me han quedado muchas cosas por el camino, pero es que me cuesta poner orden a mi mente desordenada.



hyperinsomnia.

sábado, 27 de abril de 2013

Go bury yourself in a grave of lies.

Sábado por la tarde.
Ella miraba por la ventana sin realmente ver nada. Era un día lluvioso y le dolía la cabeza. Observaba el edificio que había estado al otro lado de la calle desde que ella era pequeña. Toda la vida había tenido las mismas vistas y nunca había encontrado nada de especial en ellas. Simplemente unas cuantas casas al otro lado de su pequeña calle. Se detuvo a observar las pequeñas gotas de lluvia depositadas en la baranda del balcón y de sólo imaginar el frío que sentiría si abriera la puerta se abrazó a si misma.

Llevaba días intentando encontrar de nuevo el sentido a su vida. A su vacía vida.
Probablemente tenía todo cuanto necesitaba, pero se sentía tremendamente vacía. Vacía y sola.
Y no era para llamar la atención. Ella quería ser una chica de esas que siempre sonríen. Una de esas chicas que sacan sus vestidos y sus faldas alegres a conjunto con sus sonrisas cuando llega de nuevo la primavera. Una de esas chicas que son capaces de querer a la gente que la quiere a ella también y en primer lugar.
Pero algo estaba mal.

Cuando notó que las cosas empezaban a funcionar mal ella sólo se escondió en sis vicios. Se encerró en si misma y se distanció del mundo real. Se distanció de aquellos que la querían, se negó a aceptar su ayuda.
Y ahora no era capaz de salir de aquello que ella misma había creado.
Pero esta primavera sólo le había traído días grises, nublados y llenos de lluvia que facilitaron la vuelta de sus antiguos fantasmas.

Aún así todavía era capaz de pasarlo bien a veces, y estaba intentando dejar algunos de sus vicios.
Había perdido "accidentalmente" el mechero, ahora en manos de alguien que siempre había sido un foco de atención en su vida; y quizá eso podría ser el comienzo de algo grande. Ese alguien le había hecho sentir viva de nuevo y le había hecho sentir eso que las chicas normales y enamoradas sienten en su estómago. Había estado con él y había soltado las gilipolleces típicas de cuando estaba nerviosa; y aún siendo algo con lo que había soñado durante tantos años, no se sentía cómoda con ello.
Igual todo eso no era para ella. Igual era sólo por miedo, pero quería frenarlo y volver hacia atrás. Sabía que no podría escribir una nueva página hasta que no dejara completamente acabado ese viejo capítulo de su vida que tantas veces había releído, que tantas veces le había -y le seguía- haciendo daño.
No era amor, era un capricho.

Toda su vida le habían explicado como se suponía que debía ser su adolescencia y lo que ella estaba viviendo ciertamente estaba a años luz .





hyperinsomnia.

domingo, 17 de marzo de 2013

Love you, I do. Stay here, I won't.

Let me feel you in my veins.
Su atracción superaba todas las leyes de la lógica y les había conducido a terminar en una apasionada lucha de caricias que ciertamente los dos habían echado de menos con cada suspiro. La forma en la que se sostenían la mirada y los suaves gemidos casi inaudibles al contacto de sus roces delataban que dónde hubo fuego, cenizas quedan. Las manos de ella acariciando cada centímetro de sus brazos y sus manos, memorizando su contorno, interiorizando cada milímetro de los poros de su piel. Él, haciéndole cosquillas en la cadera, pegándola más a su cuerpo, poniéndole la piel de gallina cómo sólo él era capaz de hacer, entrelazando sus dedos con los de ella.

… Aunque en el fondo los dos sabían que aquello no estaba bien, e internamente se preguntaban cuánto tiempo pasaría hasta que se encontraran tan cerca otra vez, o si en alguna ocasión volvería a ocurrir de nuevo. Ella sólo quería aprovechar el momento y hundir la cabeza sobre su pecho, rodearle con los brazos, sentir sus respiraciones calmadas en un silencio que expresaba muchas más cosas de las que las palabras jamás serían capaces de transmitir; mientras él intentaba esconder sus sentimientos tan a flor de piel.
Se deseaban.
Se hacían daño.
why can't everything just work out?
for once.

Ante cualquier barrera o atadura.
Lo sabían. 
Pero no funcionaría.


hyperinsomnia.

domingo, 10 de marzo de 2013


The seven things I hate about you:
You're vain, your games, you're insecure, you love me, you like her.
You make me laugh, you make me cry, I don't know which side to buy.
Your friends they're jerks, and when you act like them, just know it hurts.
I wanna be with the one I know.
And the seventh thing I hate the most that you do: you make me love you.


The 7 things I like about you:
Your hair, your eyes, your old Levi's, when we kiss, I'm hypnotized.
You make me laugh, you make me cry, but I guess that's both I'll have to buy.
Your hand in mine, when we're intertwined everything's alright.
I want to be with the one I know.
And the seventh thing I like the most that you do: you make me love you.


miércoles, 20 de febrero de 2013

tell me sthg sweet to get me by.



Es cierto.
Tengo mono de tu mirada embobada que me decía más cosas de lo que tu pretendías. De tus ojos verdes muy cerca de mí. 
Tengo mono de todo lo que no fuimos. De sentir miedo y de sentirme agobiada.
Probablemente encontrarás miles mejores que yo, pero nunca alguien que te complemente a la perfección.
Porque nosotros..
Oh, esto podría haber sido algo muy grande.
Y no sé. No sé si esto va a durar, no sé si es sólo mi capricho de mierda que se está alargando demasiado. No sé si es que realmente me importas tanto o si solamente es que te odio.
Pienso es todos los momentos que hemos dejado a medias y todas las veces que me hiciste reír. Pienso en tus esfuerzos, en tu felicidad. Pienso en tu sonrisa, y es cuando pienso en ello cuando me doy cuenta de que no vas a ser tan fácil de olvidar.

Si lo fueras esto no habría sido interesante.

Nunca es tarde para intentar arreglar los errores cometidos. Igual nunca es tarde para dejar de intentarlo.
Una vez más. Si no sale bien, desistiré.
Lo prometo.
Sólo quiero descubrir de nuevo cómo de bien me haces sentir.


"Soy tan parecido... Vives lo que vivo, sientes lo que yo percibo. 
Sigo, comparto contigo en este tren. Soy amigo, tu tiempo perdido es mío. 
Mi motivo en este andén es que seas tú mi noventa por cien."




Masoquismo, supongo.


hyperinsomnia.

martes, 29 de enero de 2013

breaking point.

¿De qué me va a servir contaros una vez más lo hecha mierda que estoy?
De nada.

Hoy he vuelto a caer (aunque quizás nunca me levanté de esta caída que parece ser eterna). Y no estoy orgullosa. Y he vuelto a sentir todo el peso de mi mundo derrumbándose encima de mí. Y he vuelto a perder el rumbo, y he olvidado el sentido de todo. De nuevo.
Me recuerdo día tras otro que soy fuerte y que debo seguir luchando.
Pero no.


Lo siento. 
Siento haberos fallado a todos en mis múltiples intentos de ser persona. (Pero realmente lo que más siento es haberme fallado a mí misma una y otra vez.)

Siento tener tanto miedo a todo. Siento ser tan insegura. Siente no apreciar todo cuanto tengo. Siento hacer daño a la gente tanto como siento dejar que me hagan daño. Siento ser un fracaso en todo lo que hago. Siento ni intentarlo la mayoría de veces.
Pero a estas alturas me pregunto si aún me importa.
Me pregunto si es que en el fondo me gusta esto.
A torturarme a mí mismame refiero.


Reemplazadme.
Es fácil.
Todo parece ser mejor así últimamente, ¿no?

Estoy tan cansada de que mis esfuerzos sean en vano que estoy empezando a sentirme cómoda en mi propia desesperación.
¿Por qué?

Inútil, todo es inútil.
Por eso.
Como cuando sabes que no vas a cumplir tus promesas y aún así te empeñas en creer en ellas.
Odio las promesas.

Odio muchas cosas. Por encima de todo me odio a mí.
Y creo que eso quedó claro hace tiempo.

El día en que te das cuenta de que todo en cuánto habías creído no son más que mentiras construidas sobre unos cimientos altamente inestables.
Y te preguntas cómo aguantaste tanto tiempo en esa situación.
Y deseas que nunca se te hubiera caído la venda de los ojos.


No sé cómo vas a salir de ésta, chica.
Cuando tú misma apartas a aquellos que necesitas.

Pero eso no lo sabes.
Quizá no tengas razón y algún día sí que será demasiado tarde.

Tiempo al tiempo, que dicen.



hyperinsomnia.