Esta mañana me he mirado al espejo y me he dado cuenta de que me acepto un poco más, de que ya no me odio tanto. O al menos por hoy.
Vuelvo a ser esa Clara que va sonriendo por la calle, que disfruta diciendo estupideces, que se ríe sola con ellas y que se sorprende cada vez más de la poca cabeza que le queda.
Porque si, hoy he encontrado mi felicidad diaria en los pequeños detalles, y me he dado cuenta de que todo es mejor cuando miras el mundo con otros ojos. El simple hecho de sentir el calor del sol sobre mi piel, o ver cuatro patos en el río, sentarte a esperar que tu amiga tardona baje de su casa y quedarte empanada escuchando A7x mientras piensas en lo mucho que les adoras. Esas tonterías me han hecho feliz.
Supongo que también influye el hecho de que los días ya empiezan a ser más alegres y de que dejamos atrás el invierno. Seguramente el peor invierno en lo que llevo de vida. Pero como he dicho, quiero dejar eso atrás y simplemente ser yo. Hacer las cosas fáciles, como las solía hacer antes. Porque si de verdad te propones algo acaba pasando, y si no, es que quizá no lo deseabas con tanta fuerza como a ti te parecía.
Ahora es cuando debería poner la gastada frase de "un día sin sonreír es un día perdido" pero ese no es exactamente mi rollo. Nevermind. Voy a intentar que me sobren las razones para mostrarle al mundo la dentadura, y ya de paso estaré preparada por si alguna vez hay que darle un mordisco.
Una entrada un tanto inusual para ser mía, ¿eh?
hyperinsomnia.
Oh My God... ¡un blog Aveger! *_*
ResponderEliminarHe leído tu perfil, y tenemos gustos parecidos tanto en música como en literatura.
Te sigo, estoy segura de que haces grandes entradas. :)