Self-destruction is such a pretty little thing.

Este hombre tiene toda la razón del mundo. Y creedme, de verdad que me gustaría ser capaz de intentarlo y no fallar en ese intento cómo siempre; no hay nada de lo que tenga más ganas ahora de que superar esta mierda y salir de este puto bache de una vez por todas.
Hay días en los que parece que el sol vuelve a brillar y en los que me da la sensación de que vuelvo a recuperar un poco lo que era, en los que vuelvo a recordar cómo se hace eso que tanto me gustaba hacer, sonreír. Pero no soy lo suficientemente fuerte para hacer que eso dure.
Llevo tanto tiempo intentando auto-convencerme de que ésta es la última vez que esas palabras han perdido incluso su significado. Es difícil hacerlo cuando cada vez que te miras al espejo te odias un poco más,  cuando no ves en ese reflejo nada que te guste. Cuando la apatía se ha apoderado de ti y desconoces por completo lo que es el positivismo.
Sabes que no te sirve de nada destrozarte una y otra vez los nudillos contra la pared, que un mechero y mucho humo no van a hacer que tus problemas desaparezcan, y que ese dolor que te gusta provocarte también es inútil, pero también sabes que es la única forma de sentir que tienes el control de la situación.

No importa cuanto desee acabar con todo o que haya días en los que crea que lo he conseguido, seguiré escondiéndome, huyendo. Alimentando aún más estos sentimientos negativos, entrando en un bucle sin salida aparente.
No espero una mano amiga que me agarre. Simplemente no espero nada. No espero nada de nadie, no espero que nadie me entienda ni que intente comprenderme. No espero que me pregunten si estoy bien ni que escuchen mis problemas. No espero un hombro donde llorar. Ya no espero un abrazo en el momento adecuado, porque sé que al fin y al cabo todo esto es culpa mía y yo soy la única que lo puede arreglar.

Hay muchas más cosas que me gustaría decir, pero ¿a quién le importa?

hyperinsomnia.